El ciclo del agua, un viaje con retorno

El agua del planeta circula y cambia de estado de forma constante –entre sólido, líquido y gaseoso– gracias a la energía que proviene del Sol y a la fuerza de la gravedad.

El agua de los océanos, los ríos, las nubes, la lluvia, etc. sigue un movimiento cíclico. El agua de la superficie se evapora, mientras que la de las nubes precipita y se escurre por los ríos hasta los mares y océanos o se infiltra en la Tierra. Sea como sea, la cantidad total de agua en el planeta no cambia. Este ciclo comienza con la evaporación del agua de la superficie terrestre gracias a la energía solar. El vapor de agua humedece el aire en su ascenso, se enfría sobre partículas sólidas y se condensa en microgotas, que se unen y forman las nubes. Luego, las gotas de agua precipitan a tierra en forma de lluvia, granizo o nieve, dependiendo de la temperatura de la atmósfera. Finalmente, el agua acaba retornando a los océanos a través de diferentes cauces. En total, el planeta contiene unos 1.385 millones de km3 de agua en sus diferentes estados, de los cuales casi el 97% es agua salada que se encuentra en los océanos, mientras que el resto corresponde a agua dulce que se distribuye entre los casquetes polares, ríos, lagos, acuíferos subterráneos y la atmósfera.

Dentro del ciclo hidrológico, cada molécula de agua permanece un intervalo diferente de tiempo en un lugar, en función de donde se encuentra almacenada. Así, el agua acumulada en las capas subterráneas profundas puede mantenerse ahí hasta 10.000 años, la de los glaciares un máximo de 100 años y la de un río hasta seis meses.

EL PAPEL DE LOS SERES VIVOS

Los seres vivos, a través de sus procesos metabólicos, también participan del ciclo hidrológico, tomando y expulsando agua. En especial las plantas, que aportan un 10% del agua que contiene la atmósfera. La transpiración es el proceso natural de regulación de la temperatura corporal que hace que los seres vivos expulsen agua en forma de vapor, ya sea por medio de las glándulas sudoríparas de la piel (animales y seres humanos) o de las hojas (plantas).

A continuación se detallan la cinco fases fundamentales del ciclo del agua.

1 | Evaporación

Evaporación

Gracias al efecto del Sol, el agua de los océanos y de la superficie terrestre (ríos, lagos, pantanos, etc.) se calienta y se vapora y, como consecuencia, el aire se carga de humedad. En esta misma fase del ciclo hidrológico estarían incluidas la transpiración y sudoración de los seres vivos y la sublimación (paso de sólido a gaseoso) que se produce en la superficie de los glaciares. Foto: Juhku © Shutterstock.

2 | Condensación

Condensación

Para que se formen nubes de microgotas por condensación es necesario que el vapor de agua se enfríe. Cuando esto sucede, las moléculas de agua disminuyen su movilidad y comienzan a reunirse sobre partículas sólidas suspendidas en el aire. Foto: K.Narloch-Liberra © Shutterstock.

3 | Precipitación

Precipitación

A medida que se enfrían y condensan, las gotas se van haciendo mayores y acaban cayendo debido a su peso. Se calcula que cada día caen aproximadamente 300 km3 de agua en forma de precipitaciones. Cuando las temperaturas son especialmente bajas, las moléculas cristalizan y las precipitaciones se producen en forma de granizo o nieve. Foto: Peresanz © Shutterstock.

4 | Escorrentía

Escorrentía

La fuerza de la gravedad hace que el agua líquida se deslice cuesta abajo por la superficie del terreno a través de ríos y arroyos. Este fenómeno constituye, además, un importante agente geológico de erosión y transporte de sedimentos. Aproximadamente 1.400 km3 de agua circulan por la superficie terrestre. Foto: Gwoeii © Shutterstock.

5 | Infiltración y circulación subterránea

Parte del agua que llega al suelo vuelve a la atmósfera al ser succionada por las raíces de las plantas y transpirada por sus hojas, y otra parte se filtra por efecto de la gravedad a través de zonas permeables del sustrato, como las rocas calizas. Esta agua acaba en acuíferos, que pueden alcanzar la superficie o comunicar con el mar, o bien permanecer estancados bajo tierra. Foto: Isabelle Kuehn © Shutterstock.

Actualizado: 21/09/2022