Bosques sostenibles, la alternativa contra el cambio climático
A través de los árboles, estos sumideros de carbono respiran por la Tierra por medio de la absorción de dióxido de carbono (CO2) y produciendo, a cambio, el oxígeno que el ser humano necesita para vivir. No se debe olvidar, además, que alrededor del 70% de los animales y plantas terrestres residen en ellos, mientras que más del 25% de las personas del mundo dependen de los recursos forestales para su sustento. Afortunadamente, la gestión de bosques sostenibles es una práctica cada vez más común.
Los bosques, necesarios para el planeta
Son grandes sumideros de carbono, ya que lo almacenan y, con ello, regulan el clima del planeta. Si no pueden hacerlo, se crea un desequilibrio que afecta al clima. De hecho, se calcula que los bosques absorben cerca del 40% de las emisiones de combustibles fósiles que emite el ser humano, convirtiéndose así en un regulador sostenible para la vida.
Lo anterior implica la necesidad de unos bosques sostenibles que sigan llevando a cabo esa función y que ayuden a la adaptación y a la mitigación ante el cambio climático. Esto ha llevado en los últimos tiempos a que científicos de todo el mundo centren su atención en ellos, del mismo modo a que se potencien políticas para poner en marcha medidas de conservación y reforestación y que organizaciones y fundaciones realicen proyectos en esta dirección.
Qué significa bosque sostenible
Los bosques sostenibles están basados en una gestión que se asienta en tres pilares claves:
- Económico: Es necesaria la existencia de un interés económico para la conversación del entorno forestal. Cuando no existe, la zona puede ser abandonada por la población local y degradarse.
- Social: Su explotación permite fijar población en el ámbito rural, algo que favorece el cuidado de esos ecosistemas.
- Ambiental: Una gestión sostenible de los bosques permite a la naturaleza que se regenere y conservar recursos de forma indefinida. Ayuda a mantener la biodiversidad y a reducir los gases de efecto invernadero, lleva a cabo la regulación hídrica y protege los suelos.
Como se puede observar, los bosques sostenibles no solo son productivos en términos de los productos de madera que proporcionan. También se consideran lugares que pueden ser explotados por la industria del ocio. Los bosques sostenibles contribuyen en gran medida al aspecto del entorno natural y, en consecuencia, atraen a turistas como caminantes y excursionistas.
Además de estas tres claves, la figura del consumidor es también importante. Para conseguir unos bosques sostenibles, cada individuo debe tener en cuenta los procesos de sostenibilidad desde la responsabilidad del consumo.
Los bosques sostenibles solo pueden sobrevivir si obtienen ganancias y proporcionan empleo, a menudo para la población local. El tipo de empleo disponible incluirá trabajos relacionados directamente con la gestión y el mantenimiento de los bosques. Pero también trabajos relacionados con la industria turística.
La gestión de los bosques
En el contexto más amplio del desarrollo sostenible, la gestión forestal contribuye también a la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza, el desarrollo económico y el uso racional del territorio. Una buena gestión de los bosques asegura la supervivencia de sus ecosistemas y mejora sus funciones medioambientales, socioculturales y económicas.
Por lo tanto, buscar una mayor sostenibilidad para los bosques no se limita tan solo a la lucha contra el cambio climático. Estos entornos naturales tienen otros objetivos, casi todos ellos complementarios entre sí de alguna manera:
- Producción de bienes
- Protección del suelo
- Protección del agua y otros elementos ambientales
- Conservación de la biodiversidad
- Apoyo a los medios de subsistencia
- Disminución de la pobreza
Algunas empresas y organizaciones, tienen proyectos de gestión de bosques sostenibles para compensar su huella de carbono. Fundación Aquae tiene más de una decena de proyectos activos. ¿Conoces nuestro proyecto Sembrando Oxígeno?